lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Somos?

Salviati:

A menudo pienso sobre como funciona nuestro propio cerebro. Los griegos decían: “Nosce te ipsum” o también “Temet nosce” y me parece demoledor que podamos estar toda la vida intentando conocernos a nosotros mismos y no lleguemos a hacerlo completamente. ¿Cómo nos puede faltar conocimiento de lo que somos si lo que somos nos constituye?

La respuesta me aparece sencilla. En nuestro cerebro no solo se da nuestra consciencia, sino que coexiste con la subconsciencia. Lo que nosotros “conocemos” es la parte consciente, pero la subconsciente permanece oculta a menos que indaguemos en ella.

Somos dos en uno. Vamos a llamar Presi a la consciencia y Nuclus a todo lo que representa la subconsciencia.

Presi se cree que existe. Se cree que él es, en si mismo, el protagonista y líder único de nosotros. Ignorante, cree que es quien decide sobre las cosas y quien actúa, quien controla lo que está sucediendo y quien sabe como responder. Ni se le pasa por la cabeza dudar de su indiscutible dominio. Nuclus, mientras tanto, conocedor de la autentica verdad, vive sabiendo que realmente es él quien carga con casi todo el trabajo y oculto en su oscuro refugio no le hacen falta los aires de grandeza de Presi, a quien se limita a controlar como a una marioneta, sin sentir necesidad de despertarle de su sueño.

Nuclus tiene una fuerte conexión con el cuerpo. Hace un gran trabajo controlando constantemente y sin descanso su funcionamiento, regulando exquisitamente cada pieza de su inconmensurable rompecabezas para que no dejen de formar el mosaico de nuestro ser físico, sin el que nuestro ser lógico dejaría de existir. Se encarga, también, de detectar sus necesidades, y en caso de tener que recurrir al mundo exterior para satisfacerlas se limita a acercarse sigilosamente a Presi, sin que este se de cuenta, y una vez a su lado le susurra al oído un sentimiento.

Nuclus posee la sabiduría que todos sus ancestros, desde la primera célula que cobró vida, han ido registrando a modo de reglas de supervivencia. Sabe que debe aplicar estas reglas para sobrevivir, pero él no tiene acceso al mundo exterior, así que transforma estas reglas en sentimientos que llegado el momento oportuno se encargará de susurrar a Presi, una vez más sin que este advierta de él. Si es necesario le presionará hasta someterle a como él sabe que debe comportarse, por el bien de los dos.

Presi se cree que percibe el mundo, que interactúa con él, pero es Nuclus el que tiene acceso a los sentidos, y con sus señales y su vasto cúmulo de recuerdos se encarga de abstraer las ideas que hace llegar puntualmente a Presi a través de su televisión, como si de una película mal doblada se tratase. Este, acostumbrado desde siempre a esta película, la tiene por realidad, y no es capaz de ver fuera de su palacio de cristal.

Al menos una vez al día Nuclus tiene que reorganizar todo lo nuevo que se ha percibido, así que ni corto ni perezoso se acerca a Presi y lo apaga como si de un robot con botón de encendido se tratara. Una vez apagado Presi, Nuclus se sienta en su sofá y descansa un poco. Después usa la televisión de Presi para volver a ver lo más interesante del día y va tomando apuntes. A veces incluso mezcla lo nuevo del día con datos anteriores o de cosecha propia, para experimentar situaciones que no se han dado pero podrían darse. Una vez ha ordenado todo lo guarda en su biblioteca particular y cuando ha terminado de trabajar vuelve a encender a Presi, que despierta como si nada hubiera pasado.

Presi, por favor, espabila de una vez. Mira debajo de tus pies y verás que tu no sabes ajustar la presión sanguínea, que no tienes el control sobre el número de proteínas que fabrican tus células ni sabes porque de vez en cuando tienes sed. ¡¡ si ni siquiera sabes porque te gustan las mujeres y no los hombres !! (o al revés). Habla con Nuclus. Él es muy callado y hay que sacarle las palabras casi a la fuerza, pero si le acostumbras a llevarse bien contigo puede que te acerques a él, y consigas conocerte mejor a ti mismo.


El señor Charles Darwin contestó todas las preguntas. Con su ley de leyes se encargó de contestarlo todo. ¿Quién es Presi? Es lo último en tecnología para la supervivencia. Los animales dotados de un Presi son mejores para sobrevivir, ya que se creen que existen, y este es el último grito en estrategias de selección natural.

1 comentario:

  1. En mi opinión, aunque Presi pudiera ser en su día una gran baza en la carrera de la selección natural, ya que las especies con un Presi tenían más oportunidades para sobrevivir, en la actualidad se ha vuelto demasiado inteligente. Nuclus pide a Presi tener descendencia, que es al fin y al cabo de lo que se trata todo este juego de la vida, pero Presi sabe poner los medios adecuados para satisfacer los impulsos que Nuclus le crea sin tener que cuidar por ello de una descendencia.

    En todos los países desarrollados la natalidad ha caído enormemente, hasta el punto de que ya no se alcanza la tasa de reposición de 2,1 hijos por mujer. Luego el hecho de ser conscientes de nosotros mismos nos confiere una gran ventaja evolutiva, pero a la vez nos da algo de libertad que podemos utilizar para ir en contra de la propia reproducción. No es que esto sea un error en la ley de Darwin, aunque la natalidad baje, sólo tendrán hijos aquellos que quieran, que deseen tener una descendencia, o aquellos que sin querer tenerlos no pongan los medios necesarios para evitarlo. Así que, poco a poco, las próximas generaciones estarán formadas por gente a la que le gusten los niños o que no ponga medidas para evitarlo, que a su vez son los más aptos para volverse a reproducir. Así que nunca desaparecerá la natalidad por mucho que evolucione nuestro cerebro, la selección natural se encargará de ello.

    Y esto enlaza con la segunda idea que quiero contar, y es que Presi no tiene las manos tan atadas como pueda parecer. Cierto es que no podemos considerarlo libre y que, como bien dices, está más dominado por Nuclus de lo que él cree, pero también es verdad que al ser consciente de sí mismo puede entender las señales que Nuclus le envía y actuar sobre las mismas. Puede elegir no tener hijos o no actuar de forma agresiva ante una determinada situación, aunque sea eso lo que su instinto le pida, porque puede entenderse como un sistema independiente y bloquear algunas de las acciones con las que no esté de acuerdo. ¿Y qué es no estar de acuerdo? ¿Elige Presi esas reglas o valores con las que medir si estamos o no de acuerdo o las elige Nuclus? Pues de nuevo aquí hay un poco de todo. Muchas reglas las elige Nuclus y otras muchas el entorno (la educación, la cultura, la familia, etc.) pero aún así pienso que hay un punto de libertad, un momento en el que Presi puede analizar qué le incita a hacer qué, ver de donde viene cada instinto y cada regla cultural, y construir su propia versión del mundo.
    Nunca será del todo libre, pero a veces lo consigue, a veces retiene o moldea las fuerzas de lo que le condiciona.

    Así que Presi no es tan ingenuo, aunque sí que lo es más de lo que la mayoría estamos acostumbrados a pensar.

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