domingo, 28 de febrero de 2010

Homenaje Giordano Bruno


Adelante, Diligencia, ¿qué haces?, ¿Por qué estamos tan ociosos y dormimos vivos, si tanto y tanto tiempo debemos estar ociosos y dormidos en la muerte?, puesto que aunque esperemos otra vida u otro modo de ser nosotros, no será como la que tenemos ahora, porque ésta pasa para siempre sin esperar retorno alguno jamás.

Todo lo que produce diferencia y número, es puro accidente, es pura figura, pura complexión; toda producción, de cualquier clase que sea, es una alteración, permaneciendo la sustancia siempre idéntica, porque no es sino una, un ente divino, inmortal. Esto lo ha podido entender Pitágoras, que no teme a la muerte, sino que espera la mutación […]. Tenéis, pues, cómo todas las cosas están en el universo y el universo está en todas las cosas, nosotros en él, él en nosotros; y así todo transcurre en una perfecta unidad. He ahí porque no debemos atormentar nuestro espíritu, he ahí porque no hay nada por lo que debamos descomponernos, puesto que sólo esta unidad es estable y siempre permanece; este uno es eterno y cualquier rostro, cualquier faz, cualquier otra cosa es vanidad, es como nada, es más: es nada cualquier otra cosa fuera de uno.

A cada cosa que la naturaleza ha dado un ser determinado le da el nombre apropiado; no llama vergonzoso a lo que la naturaleza hace digno; llama al pan, pan y al vino, vino; tiene a los milagros por milagros, a las proezas y maravillas, por proezas y maravillas, a la verdad por verdad, a la doctrina por doctrina, a la bondad y virtud por bondad y virtud, a las imposturas por imposturas, a los engaños por engaños. Tiene a los filósofos por filósofos, a los pedantes por pedantes, a los monjes por monjes, a las sanguijuelas, sanguijuelas.

Giordano Bruno

viernes, 26 de febrero de 2010

Homenaje Hypatia de Alejandría

Una pregunta extraña y una conclusión aún más extraña

Salviati:

Una pregunta extraña: ¿Está el sentido de la identidad ligado a la inteligencia?

Cuando digo inteligencia no me refiero solo a los humanos, para los que la respuesta es un si desde antes incluso que se completara el desarrollo de los últimos niveles de la inteligencia que poseemos, sino de inteligencia en su más completa expresión.

¿Podemos estar seguros de contestar esta pregunta imparcialmente, sabiendo que este sentido está integrado profundamente en nosotros?

Vamos con la conclusión… aun más extraña… Para mí la verdad más universal es la ley de leyes: la evolución de Darwin. Está por todas partes y nunca se detiene. Se puede aplicar en cualquier ámbito, y por supuesto cualquier intento de vaticinar el futuro pasa por respetar dicha ley. Ya hemos hablado sobre si llegará a existir la inteligencia artificial algún día, y la conclusión fue que si. Dado mi profundo respeto a la ley de leyes, está claro entonces que esta inteligencia artificial es el siguiente paso en la evolución de la vida en nuestro entorno, y que nos sustituirán como máximo exponente de ella, ¿Terminarán con esta sustitución los problemas que generamos para nosotros mismos por nuestra naturaleza? ¿Será el fin de las guerras? ¿Será el fin de la ambición? ¿Será el fin de las diferencias sociales? ¿Será el fin de nuestras reacciones en el vacío? Todo depende de la respuesta a la pregunta extraña….

miércoles, 10 de febrero de 2010

Diálogos. Lógica natural

Salviati entraba en su cafetería preferida. Siempre era un lujo cotidiano poder disfrutar de los ratos con sus dos amigos en aquél sitio, sabiendo, además, que tendrían una de sus memorables charlas. Sagredo estaba ya sentado en su silla de siempre, y aunque su azúcar seguro estaba ya disuelta, seguía removiendo su habitual café con leche.

- SAGR: Buenas tardes. Me he permitido el lujo de adelantarme y pedir.
- SALV: Perfecto. Ahora mismo le secundo. ¡Disculpe, por favor, un café solo! Y Simplicio, ¿Aún no ha llegado?
- SAGR: No, aún no. Sería demasiado para él respetar, por un día, la hora fijada para nuestra reunión.
- SALV: Y usted, ¿como se encuentra?
- SAGR: Vamos tirando. Demasiado bien está uno para el medio tan hostil en el que vivimos en esta ciudad. Deberíamos ser más ecologistas y cuidarnos cuidando el mundo en el que vivimos.

Salviati permaneció inmóvil por un momento, como si algo hubiera colapsado su cerebro y le impidiera seguir moviéndose. No fue mucho, pero consiguió llamar la atención de Sagredo…

- SAGR: ¿En que está pensando?, si me permite preguntarle.
- SALV: Me ha llamado mucho la atención su comentario, señor. ¿Se ha fijado cuan interesante resulta la estrecha relación entre nuestro medio, la biosfera, y nosotros mismos?
- SAGR: Ciertamente, si señor. Bien conoce la que tanto le gusta a usted llamar la ley de leyes, la evolución de las especies de Darwin. Según esta teoría los individuos de las distintas especies cambiamos aleatoriamente generación tras generación y es el medio ambiente el que nos modela seleccionando a los descendientes que mejor sobreviven en él.
- SALV: Por favor, señor Sagredo, ya sabe que no me gusta que se la llame teoría. Y si, la ley de leyes nos une con la parte no biológica de la biosfera.

Simplicio irrumpe en la conversación retirando ruidosamente la tercera silla, que estratégicamente ya estaba preparada junto a la mesa…

- SIMP: Ya estamos blasfemando con su idolatrado Darwin. Denme al menos un respiro antes de seguir, y cuéntenme que me he perdido de la que ya va a ser seguro la discusión que nos va a ocupar. ¡¡¡Camarero, un te rojo con sacarina, y no me lo traiga ardiendo, como el último día, que perecía subido del mismo infierno!!!
- SAGR: Buenas tardes señor Simplicio. Comentábamos la íntima relación entre lo vivo y lo no vivo de nuestro entorno, a raíz de la importancia que señalaba de ser ecologistas.
- SIMP: Bueno, polvo eres y en polvo te convertirás.
- SALV: Bajaba yo mucho más a la raíz de esta relación. Si se fijan podrán comprobar que físicamente lo único que crea diferencia es la cantidad de información contenida en lo vivo. Desde el punto de vista químico y llegando al psicológico, lo orgánico está formado por moléculas muy complejas en las que los átomos guardan una gran cantidad de información contenida en sus posiciones, y son estas posiciones las que las enriquecen cualitativamente para llegar a formar células, la estructura básica de la vida. Desde ellas, creando una nueva capa de información en la relación que establecen unas con otras, consiguen formar tejidos, órganos y por último seres complejos como nosotros, en los que por encima de todas hay una extensísima y densa capa formada por la parte no física de nuestro cerebro, la información que contiene y los procesos mentales que la modelan y alimentan.
- SIMP: Sin duda –interrumpió Simplicio-, la diferencia entre las piedras y los animales es que se les ha dotado de vida, y la diferencia entre los hombres y los animales es que se nos ha dotado de alma.
- SAGR: Dejemos continuar a nuestro querido Salviati, ya que estoy intrigado. Hablábamos de semejanzas con lo inorgánico y solo ha enumerado diferencias.
- SALV: Lo profundamente interesante de estas diferencias es que cuanto más sabemos de ellas, más débiles y contextuales se vuelven. Si bien es cierto e indudable las diferencias químicas, nada en nosotros deja de ser simples átomos comunes y corrientes en cualquier forma no viva. Incluso me atrevería a decir más, puede que nada en nuestra parte más distintiva, nuestra inteligencia, sea ajeno a lo inorgánico.
- SAGR: ¿Se refiere usted, a inteligencia natural?
- SIMP: A ver si por una vez vamos a estar de acuerdo… Dios está en todas partes, y por tanto su sabiduría suprema es el eco que puedes escuchar allá donde estuvieres.
- SALV: Me refiero a que la inteligencia se habla en el lenguaje de la lógica, y que existe una lógica natural. Una lógica que esta presente, con precisión cirujana, en lo más íntimo de las leyes naturales y que consigue cuadrarlas para que el resultado de su aplicación sea un universo habitable. Señor Simplicio, antes que la emoción de coincidir conmigo en este asunto le asuste, permítame desilusionarle. Esta coincidencia queda explicada científicamente en el principio antrópico, que junto con la ley de leyes de mi querido Charles Darwin parecen formar una única norma que estaba presente antes incluso del propio universo. Desde luego ha modelado desde el principio todo lo que ha ocurrido en él, y nosotros, y nuestra propia inteligencia son su resultado.
- SAGR: Según sus palabras somos el resultado inevitable de las leyes que hay en nuestro universo. Que ironía, teniendo en cuenta lo excepcionalmente curiosos que somos.
- SALV: Seguiré pensando para poder decidirme que consecuencias se derivan de lo comentado. O bien la inteligencia no existe y es solo un grado de complicación informativa, únicamente cuantitativa y no cualitativa, o bien la inteligencia existe en nosotros heredada de la que existe en la naturaleza, escrita en el lenguaje de la lógica. Siento que tenga que abandonarles tan pronto. Mis obligaciones me reclaman. Me comprometo a una nueva cita, si ustedes aceptan.
- SAGR: No se disculpe, nos deja usted con tarea, asimilando nuestra charla de hoy.
- SIMP: Termínese, al menos el café. Los lujos de este sitio están para ser aprovechados.

Salviati apuró el último trago de su intenso café, forzado, un poco, por el comentario de su espinoso pero querido amigo. Tras un gesto amable de despedida se apresuró a la salida, perturbado por sus pensamientos de los que no era capaz de librarse.

jueves, 4 de febrero de 2010

Moto

Salviati:

Muchas veces me he preguntado que es una moto, por que la uso a diario y porque me siento mal cuando paso demasiado tiempo sin llevarla.

Cuando vas a usar tu moto, lo primero que te asalta es una suave mezcla de felicidad y nerviosismo que pronto pasa a ser felicidad y grandeza al montar sobre ella y arrancarla. Al ponerte en marcha tus manos se prolongan hasta el suelo a través de su horquilla, tocando la carretera con la palma del neumático. Tus pies, firmes en los estribos, y tu columna vertebral pasan a formar parte de su tren trasero, sintiendo tuyo su agarre sobre el asfalto. De pronto, sin darte cuenta, tienes un solo cuerpo, pero mitad carne mitad metal y tienes una impresionante capacidad para desplazarte, girar, tumbar, acelerar, frenar, ir. La conexión es tal, que puedes llevar las riendas y conducir con muñecas, codos, hombros, cabeza, espalda, pecho, rodillas, pies. Cualquier sutil movimiento decide tu dirección. La precisión de tus manos marca tu ritmo.

La moto no es un mundo, es un universo. Racing, Custom, Trial, Cross, Enduro, Scooter, Supermotard, Turismo, y tantos otros… son planetas muy distintos en los que habitan seres muy diferentes, con monturas que nada tienen que ver unas con otras, pero todos tenemos algo en común, estamos enganchados a las sensaciones que provocan, y como drogodependientes de adrenalina, no podemos dejar de montarlas a pesar de ser conscientes de que son malas para la salud.

¿Que es un motorista? Será una persona que enfundada en su mono de cuero lleva al límite su montura con más de un caballo de potencia por kilo de peso, reventando el crono en un circuito de velocidad, o tal vez el sesentón renegado que, barbas al viento, suelta el manillar de su Harley para extender los brazos hacia el cielo. Será quizá a quien le gusta asustar cabras con su rompeterrones por encima de las piedras de una montaña. O por el contrario es el acaudalado propietario de un turismo, que atado a su corbata consume kilómetros tranquilamente hacia su oficina. Soy motorista, no porque tenga moto y la use, sino porque no pasa un solo día sin pensar en ellas.

¿Qué puede hacer que una persona cuerda se sorprenda sonriendo, cuando, tiritando de frío, descubra que el agua del derretirse la nieve está colándose imparable por las costuras de sus ropas, mientras mantiene la velocidad y se arrima fuerte a su moto, conduciendo sin parar bajo una ventisca de las de verdad? ¿Qué puede hacer saltar las lágrimas tan solo por la impresión de un atardecer en un viaje en solitario? ¿Qué puede unir más a dos mentes, que tras 600 kilómetros de montar juntas tienen un solo pensar? ¿Qué puede hacerte sentir el miedo que hace falta para comprender la suerte que tienes de seguir vivo? Montar en moto.

El fin no es llegar, el fin es ir.