domingo, 28 de febrero de 2010

Homenaje Giordano Bruno


Adelante, Diligencia, ¿qué haces?, ¿Por qué estamos tan ociosos y dormimos vivos, si tanto y tanto tiempo debemos estar ociosos y dormidos en la muerte?, puesto que aunque esperemos otra vida u otro modo de ser nosotros, no será como la que tenemos ahora, porque ésta pasa para siempre sin esperar retorno alguno jamás.

Todo lo que produce diferencia y número, es puro accidente, es pura figura, pura complexión; toda producción, de cualquier clase que sea, es una alteración, permaneciendo la sustancia siempre idéntica, porque no es sino una, un ente divino, inmortal. Esto lo ha podido entender Pitágoras, que no teme a la muerte, sino que espera la mutación […]. Tenéis, pues, cómo todas las cosas están en el universo y el universo está en todas las cosas, nosotros en él, él en nosotros; y así todo transcurre en una perfecta unidad. He ahí porque no debemos atormentar nuestro espíritu, he ahí porque no hay nada por lo que debamos descomponernos, puesto que sólo esta unidad es estable y siempre permanece; este uno es eterno y cualquier rostro, cualquier faz, cualquier otra cosa es vanidad, es como nada, es más: es nada cualquier otra cosa fuera de uno.

A cada cosa que la naturaleza ha dado un ser determinado le da el nombre apropiado; no llama vergonzoso a lo que la naturaleza hace digno; llama al pan, pan y al vino, vino; tiene a los milagros por milagros, a las proezas y maravillas, por proezas y maravillas, a la verdad por verdad, a la doctrina por doctrina, a la bondad y virtud por bondad y virtud, a las imposturas por imposturas, a los engaños por engaños. Tiene a los filósofos por filósofos, a los pedantes por pedantes, a los monjes por monjes, a las sanguijuelas, sanguijuelas.

Giordano Bruno

2 comentarios: