viernes, 23 de diciembre de 2011

El burro loco

Erase una vez una vaca y un burro que pastaban tranquilamente por una pradera un día de verano, cuando la vaca, aburrida, pensó en meterse con el burro:

- Heee burro.. pero que burro eres...

A esto el burro, sorprendido, contesta:

- Que dices, si soy muy importante.

La vaca, que estaba deseando continúa:

- Tuuu.. pero si solo eres un burro..

A lo que el burro respondió:

- Mira.. desde tu punto de vista yo puedo parecer solo un simple burro más, pero cada vez que ando, según la tercera ley de Newton, desplazo la tierra entera en dirección contraria a mi paso. Al hacerlo, el eje de rotación de la tierra se ve alterado, de tal forma que las estaciones del año se ven modificadas por mi gesto, influyendo también sobre el clima a nivel mundial. Al cambiar yo de posición, desplazo el centro de gravedad de la tierra, de tal forma que su órbita anual alrededor del sol deja de ser una elipse para convertirse en otra más irregular, y altero el periodo de giro, con lo que modifico también, la duración del año. Puesto que la tierra y el sol están unidas gravitacionalmente, cualquier modificación de masas en la tierra modifica a su vez al sol, así que con mi paso, el sol se está viendo alterado, también. Pero espera.. que el sol está unido gravitacionalmente con toda nuestra galaxia, la vía láctea, que te sonará, ya que eres una vaca lechera, así que mi paso influye sobre toda la galaxia, a través de la gravedad, expandiéndose mi simple paso como una perturbación que viaja a la velocidad de la luz por todo el universo mientras exista el espacio y el tiempo.

- La vaca, permanece atónita mirándole sin poder continuar con su segunda masticación durante unos instantes. Poco después vuelve la mirada y sin mediar palabra se aleja de aquel extraño burro, que ha pasado de ser tonto... a ser raro.

domingo, 18 de diciembre de 2011

La Julio Verne y la desinflación del universo.

Mike era el quinto astronauta, el que estaría allí virtualmente. Participaría en las maniobras de la nave e incluso en el experimento temporal, pero lo haría desde tierra. Al fin y al cabo la nave no iría muy lejos. Se estaba situando en órbita alrededor del sol entre la tierra y marte. Si el experimento llegaba a funcionar le quedaban unos segundos para llegar a la tierra.

La Julio Verne no era una nave cualquiera, desde fuera podría parecer normal, quizá el morro un poco exagerado, pero contaba con el acelerador de vacío más potente jamas construido. Se habían tardado 50 años en alcanzar la capacidad necesaria para crear agujeros de gusano con suficiente tamaño como para ser utilizados por objetos macroscópicos, y aunque aún no se habían puesto en práctica, como ya en su día decía el famoso Nikola Tesla, una vez que se alcanza una tecnología, su capacidad cuantitativa solo depende del dinero y la paciencia.

El planeta entero estaba emocionado por el experimento, no en vano era la primera vez que se iba a intentar poner en marcha una máquina del tiempo, eso que tantas y tantas historias de ciencia ficción habían mencionado. El descomunal acelerador inflaría el vacío con energías por encima de los 0,1 YeV (yottaelectronovoltio), uniendo dos regiones distantes del espacio-tiempo para construir un túnel hacia el pasado. No se intentaba nada demasiado ambicioso, tan solo volver a la tierra instantáneamente desde la órbita en la que se encontraban, un viaje que de ser normal duraría un mes.

Había llegado la confirmación desde la casa blanca, Nueva Delhi y Pekín. Tenían luz verde para comenzar. La maniobra sería rápida. La energía consumida por aquel monstruo dejaría secos sus convertidores E-MC2 en menos de un minuto, y eso que los habían cargado con Francio a alta presión. Mike, en su cómodo puesto virtual accionó los interruptores y controles de la alimentación. Nada parecía estar pasando pero los cuatro astronautas sabían bien todo el trabajo y las expectativas que se había invertido en esta prueba, además de las cantidades de energía con las que estaban jugando.

Era el momento. El acelerador se puso en marcha. Una especie de vibración generalizada pero suave creaba un ambiente mágico. Los astronautas no podían evitar mantener la atención sobre la pantalla que mostraba el exterior de la nave, a pesar del millón de cosas que estaban bajo la responsabilidad de cada uno.

Por fin, después de los diez segundos más largos de sus vidas una luz tenue y temblorosa parecía abrirse camino delante de la Julio Verne. Cinco segundos más tarde la imagen clara y limpia de la mismísima tierra estaba frente a ellos, asomando por una especie de ventana de menor tamaño, aunque suficiente para la nave.

- Atravesemos, grito sin elevar la voz Mike. La nave dio un ligero impulso y sin más, llegó a las proximidades de la tierra instantáneamente, ejecutando un salto hacia atrás en el tiempo. La actividad del acelerador cesó y el túnel temporal desapareció. Los cuatro astronautas no pudieron sino fundirse en un fuerte y sincero abrazo de alegría sabiendo que acababan de hacer historia. Pero algo les llamó la atención rápidamente. Mike no sonreía siquiera.

Mike fue claro después. - Tomemos tierra cuanto antes... algo inesperado ha pasado. La seriedad tan clara mostrada en un momento en el que estaba fuera de lugar hizo reaccionar de inmediato a la tripulación, que se dispuso al descenso a tierra.

- Me piden que os haga una pregunta... ¿Habéis sentido nauseas?.
- No, contestaron rápidamente sus compañeros, ¿A que viene esa pregunta, y porque parece tan importante?.
Mike dudó un momento y después continuó.
- Según parece, a falta de confirmación, y a nivel mundial, todos los habitantes de la tierra han sufrido una significativa nausea justo cuando habéis dado el salto...

La Julio Verne describió el descenso orbital al que acostumbraban las naves en su vuelta a tierra. La repulsión eléctrica de alto voltaje permitía el descenso controlado a velocidad constante y sin los inconvenientes de las antiguas reentradas. Solo una cosa perturbó el aterrizaje, hizo falta bastante más energía de lo habitual para conseguir frenar la caída libre.

Ya en tierra, el reencuentro entre los cinco astronautas se produjo en medio de el mayor de los caos. Un enjambre de personas que se devanaban en conseguir información sobre lo sucedido.

- ¿Que está pasando Mike?.
- No lo sabemos. Al principio solo era la "anécdota" de la nausea, pera ahora están fallando muchos sistemas informáticos y de telecomunicaciones.

Los cinco quedaron boquiabiertos al mirar por una de las ventanas que daba al exterior, desde la que había unas muy buenas vistas del mar, dada la altura del edificio. El agua del mar, en toda su extensión no presentaba el aspecto oleado típico... en vez de esto estaba menguada, plana como un espejo sin apenas perturbaciones. Era como si se hubiera parado el viento y las mareas.

El pánico cundía incluso en aquellas instalaciones militares de alta seguridad. Algo realmente serio estaba sucediendo desde que se había conseguido el viaje en el tiempo. El suelo parecía estar pegajoso, ya que, al andar, se podía notar claramente como las botas se hundían demasiado, y eso que este era un frío suelo de piedra. Las voces... los sonidos se estaban agudizando ligeramente, como si la atmósfera estuviera cambiando por momentos. Todos sentían náuseas y malestar. De pronto Mike freno a sus compañeros.

- Señores, volvamos a la Verne

La preocupación y el miedo en sus rostros era una rotunda respuesta afirmativa.

Rápidamente subieron a la nave y se prepararon para el despegue. No les sorprendió la falta de seguridad ya que todo el mundo parecía haber enloquecido. A pesar de su férreo entrenamiento no dudaron en saltarse todo el protocolo de seguridad y no se molestaron en pedir los permisos que sabían nadie se iba a parar a dar. La nave comenzó con su suave ascenso, levitando electromagnéticamente. Los niveles de energía estaban alarmados ya que se estaba consumiendo mucha más de la estipulada para los despegues. Poco después era al revés... con apenas energía seguían ganando altura. Aún así pronto estuvieron en órbita de Clarke.

El absurdo alivio que sintieron dio paso a un escalofriante terror. Se podía distinguir perfectamente la boca del agujero de gusano, que lejos de haberse cerrado ahora ocupaba una gran región del espacio, perfilada por la distorsión de la luz de las estrellas. La situación empeoraba por momentos. La luz del sol parecía palidecer, como en los días nublados.

- Por favor, analicemos la situación.

Mike no podría dejar de intentar saber que es lo que estaba ocurriendo, en un intento desesperado de encontrar una solución. Sus compañeros lo miraron, sin rastro alguno de sentimiento en sus rostros y los cuatro tomaron asiento.

- No tenemos las respuestas, pero hemos olvidado las preguntas.

Cerraron los ojos y permanecieron inmóviles. Mike pensó que algo les habría pasado al ser ellos los que habían dado el viaje en el tiempo. No tenía tiempo para dedicarles. Todo parecía empeorar demasiado deprisa como para darle un respiro. Una alarma de la nave indicaba exceso de atmósfera y recomendaba alejarse de la tierra para evitar calentamiento por roce. Mike maniobró la nave él solo. Decidió alejarse bastante más. Según lo hacía sus ojos no podían creer lo que estaban viendo. La tierra estaba expulsando su atmósfera al espacio, como si la gravedad ya no tuviera fuerza suficiente para sostenerla y la fuerza centrífuga hubiera ganado la batalla.

Esto no podía estar pasando. Sin duda era el fin de la humanidad. La tierra ya no era un lugar habitable, toda forma de vida que no se ahogara moriría abrasado por los rayos cósmicos, que sin duda ahora alcanzaban de lleno su superficie. Incluso los mares parecían estar arremolinándose en columnas que se elevaban hasta el espacio.

La luz del sol seguía palideciendo, ya apenas era suficiente para seguir iluminando el dantesco espectáculo. Mike se agarró fuertemente a su asiento con ambas manos. Ahora ya sabía lo que estaba sucediendo.

- Hemos roto las reglas... las hemos roto del todo.

Comprendió que las leyes de la física estaban colapsando tras la "hazaña" del viaje en el tiempo. El campo electromagnético se había debilitado y le había seguido el campo gravitatorio.

- Si el campo de Higgs se ve afectado, esto se propagará como la pólvora...

En aquel momento la luz del sol desapareció del todo, sumiendo el exterior en la más negra oscuridad. Se percató de que se cumplían sus peores temores. Ninguna estrella brillaba en el cielo. La vía láctea entera había oscurecido. Sus miles de millones de soles habían colapsado en agujeros negros, como le había pasado al sol. La instantaniedad con la que todo estaba sucediendo era síntoma claro de que el campo de Higgs ya no estaba presente. Por un momento miró su mano y comprobó que era capaz de llevarla de un sitio a otro sin pasar por los lugares intermedios, sentía como su cuerpo le abandonaba, como si se estuviera dispersando. Un rápido vistazo a lo que quedaba de sus compañeros le hizo darse cuenta que seguramente él era el último hombre vivo, y que le quedaba realmente poco tiempo.

- Desinflacióooonnn....

Tuvo tiempo de pensar en lo que iba a suceder. Ahora que el campo de Higgs ya no estaba actuando la aceleración no presenta el límite que imponía la masa, y como la gravedad aún daba sus últimos coletazos la atracción entre los innumerables agujeros negros en los que se habían convertido todas las estrellas del universo, estás se iban a juntar, de nuevo, en una rápida desinflación, dando lugar al fin del universo en un big crunch, esta vez sin tener que esperar miles de millones de años.

Se esforzó en abrir los ojos. En un último pensamiento llegó a la teoría definitiva sobre modelos cosmológicos: El universo surge, crece hasta dar con una forma de vida que sea capaz de romper sus leyes, para después desaparecer. Hemos sido los primeros de todo el universo. Sin conocerles hemos acabado con todo ellos.

Él era el último ser vivo de todo el universo, que en unos segundos iba a implosionar sobre si mismo. Quizá algo le iba a ser revelado, dado lo fuera de lo normal de la situación y su posición excepcional. En un último esfuerzo luchó por mantenerse consciente, esperando algo, esperando una despedida. Pudo ver como todos los puntos de luz se volvían rayas, que apuntaban en la misma dirección. En un instante... todo había acabado.

Nada le fue revelado.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Diálogos. Conociendo a Tesla.

Salviati paseaba tranquilamente por aquella ancha calle de Madrid. No le gustaba demasiado el ambiente excesivamente ciudadano en el que siempre se sentía fuera de lugar, pero no desaprovechaba la ocasión para mirar viendo, para respirar siendo consciente de él mismo y del mundo.

Por fin llegó al lugar donde habían quedado, un pequeño parque con demasiado cemento que no conseguía aislarse del tráfico que lo rodeaba por todas partes. "Sagredo sabrá porque hemos quedado aquí", se decía a si mismo ante la extrañeza que le causaba lo diferente que era aquel lugar de los sitios en los que solían verse. El banco estaba frío, y el día no acompañaba, así que la espera se le estaba haciendo larga desde el principio.

Como de costumbre no se hizo esperar. Enseguida apareció Sagredo, pero ¡¡no venía solo!!!!. Junto a él caminaba un hombre bastante alto, muy delgado y bien vestido, aunque demasiado clásico. Cuando estuvieron suficientemente cerca su asombro, que crecía como el hongo de una explosión nuclear, no le permitía creerse lo que ya era evidente. Conocía perfectamente a aquél hombre, pero era imposible que fuera él, más que nada porque ¡¡¡había muerto hace 70 años!!!...

-SAGR: Buenos días Salviati, gran amigo, ¿Que le parece mi pequeña sorpresa?
-SALV: .... O_O

Era imposible articular palabra ni expresar gesto alguno excepto el mas sincero asombro. El mismísimo Nikola Tesla Mandic estaba frente a él, esbozando una suave sonrisa. Como si su sorpresa estuviera prevista, los dos hombres tomaron asiento.

-TESL: Me lo había advertido y se ha cumplida al 100%. La sorpresa le ha bloqueado.
-SAGR: Si...

Un hecho tan fuera de lo racional bloqueaba completamente el funcionamiento de sus pensamientos.

-SAGR: Por favor, amigo Salviati, tiene usted que disculparme por no haberle puesto en preaviso. Le voy a pedir el tremendo favor de que no haga las preguntas lógicas, que ya sé que tiene listas, para intentar racionalizar este extraordinario suceso. Simplemente disfrute de nuestra insólita compañía.

Parpadeó consciente y fuertemente un par de veces. Quiso confiar en su amigo y hacerle caso. Al fin y al cabo le había traído él.

-SALV: Señor Tesla... es un inmenso placer conocerle...
-TESL: Muchas gracias. Sagredo me ha comentado que me sería usted el adecuado para ponerme al día sobre los actuales avances tecnológicos.
-SALV: ¿Yo? El mayor de los honores me esta ofreciendo, sin duda.
-TESL: Estoy deseando conocer si se han cumplido mis previsiones.
-SALV: Por donde empezar... Bueno, definitivamente se impuso su corriente alterna al uso de la continua, como ya pudo usted ver, aunque esta se ha demostrado más eficaz para algunas tareas en las que si se usa.
-TESL: Excelente.
-SALV: Edison no gano su despiadada carrera.
-TESL: Por favor.. prefiero que no perdamos el tiempo hablando de él.
-SALV: Usted llegó a conocer los primeros años del uso de la radio, pero no se imagina el nivel al que hoy día han llegado las telecomunicaciones gracias a sus ideas e inventos.
-TESL: ¿Comunicación a distancia?
-SALV: Si señor...

Salviati se apresuró a sacar de su bolsillo su teléfono móvil.

-SALV: Mire aquí. Con este ligero y popular dispositivo puedo ponerme en comunicación con cualquier persona del mundo que disponga de uno.

La mirada curiosa de Tesla se mezclaba con su claro gesto de alegría.

-TESL: ¿Hay mucha gente con aparatos similares?
-SALV: Muchos millones de personas, mi querido Tesla. Excepto en los países pobres, son aparatos muy utilizados.
-TESL: ¿Países pobres?... pensé que la tecnología acabaría con tal lacra
-SALV: Me temo que no.. y que no va a ser su última decepción...
-TESL: A que se refiere
-SALV: Sus armas teledirigidas y defensivas... tampoco acabaron con las guerras del mundo...
-TESL: No es posible, pero como se va a hacer una guerra si ya no serán necesarias las personas...
-SALV: Las cosas, en este sentido, parecen ser mucho más complicadas de lo previsto. Hay demasiados intereses en las guerras.
-TESL: mmm... ya veo... lo siento mucho...
-SAGR: Cuéntele más sobre el móvil, por favor.
-SALV: Si, volvamos al móvil. Desde él, también, puedo enviar mensajes escritos e incluso imágenes de vídeo para ver a la persona con la que hablo.
-TESL: Sorprendente. Discúlpeme una pregunta, a nivel de comunicaciones ¿como funciona?
-SALV: Creo que esta es la parte que más le va a gustar. Estos aparatos no son capaces de emitir a grandes distancias, en vez de eso se han creado toda una red de torres, como su Wardenclyffe, a través de las cuales se centraliza la cobertura de la señal.

Aunque los dos conocían bien la naturaleza fría y muchas veces aparentemente insensible de Nikola, esta noticia claramente le estaba llegando al corazón.

-TESL: ¿Se utilizan también para la emisión de corriente eléctrica?
-SALV: No... disculpe... la electricidad sigue llevándose a todos los lugares por cable
-SAGR: Por favor, señores, puede volverse un instante

Los dos hombre siguieron sus instrucciones, y no pasaron por alto el porqué de aquella petición. Una enorme torre de comunicaciones emergía por encima de uno de los edificios que lindaban con el parque. Su diámetro en la base, no abarcable por cinco hombres agarrados de las manos la permitían llegar muy alto. Estaba provista de un buen número de radio-antenas y repetidores de telefonía móvil.

-SALV: Ahora entiendo porque hemos quedado en este lugar.

Sagredo sonrió.

-TESL: Es impresionante. Mi proyecto, mi gran idea llevada a la práctica y puesta en marcha. ¿Dice usted que hay muchas de estas?
-SALV: Son muy numerosas, su radio de acción no es demasiado grande y llagan a cubrir un alto porcentaje del territorio.
-TESL: ¿Y por el mar? ¿Que hacen en el mar?
-SALV: Ahí se recurre a comunicación por satélite. Existen un enjambre de aparatos dedicados a establecer comunicaciones en el espacio, orbitando la tierra, y desde aquí somos capaces de enviar y recibir señales de los mismos.
-TESL: Fabuloso.
-SALV: Hemos llenado el mundo de ondas que portan información. Señales de radio, de televisión, que son emisiones de imágenes para ver en pantallas que tenemos en las casas y muchos otros lugares, de posicionamiento por satélite, sabemos nuestra localización exacta gracias a la señal que mandan una red de satélites, etc.. cientos y cientos de diferentes formas de comunicación surcan el aire que estamos respirando.
-TESL: Sublime. Estoy muy complacido por lo que me cuentan. De verdad. Yo siempre he sabido que el futuro me pertenecía, pero verlo... realmente me colma. ¿Como no han convertido aún a la tierra en el gran portador de la electricidad?
-SALV: Después de usted nadie ha hecho nada al respecto. Me temo que los intereses económicos siempre han impedido el avance científico si no es buscando rentabilidad. Lo que usted propuso iba en contra de esa ley, y le ha salido demasiado caro.
-TESL: Ya veo. Cometí el error de no trabajar en secreto en su día y aún lo están pagando. Claro que trabajar con 12 millones de voltios en secreto es complicado.
-SAGR: Energía, también tenemos que contarle nuestras fuentes de energía actuales.
-TESL: Supongo que se estarán aprovechando todos los cursos fluviales para la obtención de energía.
-SALV: Bueno... en este tema hay cosas que creo le gustarán, como que con la energía de ríos, mares, calor de la tierra y sobre todo viento y sol cubrimos en nuestro país el 40% del consumo eléctrico.
-TESL: 40... y porque no el 100%. Siempre he sido defensor de que una vez conseguida una tecnología sus posibilidades son cuantitativamente infinitas.
-SALV: Si... creo que tiene usted razón, pero siempre hay intereses económicos detrás de estas cosas. Si consiguiéramos el 100% de la energía del sol y del viento, algo que es perfectamente posible ¿Que sería de las industrias de las centrales térmicas y nucleares?
-TESL: ¿Nucleares?
-SALV: Si. En contra de lo que usted siempre sostuvo, Einstein tenia razón. Gracias al estudio del átomo somos capaces de, utilizando átomos muy grandes conseguir que se rompan controladamente pero en cadena, y cada una de estas divisiones convierte materia en energía, tal como describió Einstein. Tenemos centrales en las que con esta técnica conseguimos electricidad.
-TESL: Inesperado, sin duda. Siempre me parecieron demasiado poco relacionadas con la realidad sus afirmaciones, la verdad. Pero ¿como convierten la energía en electricidad? ¿También es algo relacionado con los átomos?
-SALV: No. Una vez que se consigue el calor, se calienta agua con él y se mueve un generador a través de una turbina, es decir, todo tal y como usted lo diseño. En todo este tiempo no ha cambiado nada. Sigue usted presente en todos los procesos de obtención y utilización de la energía eléctrica.
-TESL: Siempre lo supe. Por muy mal que me fueran las cosas, incluso después del incendio, seguí trabajando porque sabía que trabajaba para el mañana.
-SAGR: El mundo le debe mucho, sin duda señor Tesla.
-SALV: Si, no solo por todo lo que hizo, sino por los sacrificios personales.

Por un instante quedaron en silencio, como si fuera a continuar hablando Nikola pero hubiera dudado en como seguir.

-TESL: Deben disculpar mi atrevimiento al hacer esta pregunta tan falta de decoro, pero ¿soy una celebridad? ¿Me ha situado la historia en mi justa posición de grande entre los grandes?

Salviati no pudo evitar ensombrecer el rostro.

-SALV: Bueno... no se muy bien como decirle esto.
-SAGR: Tiene usted alguna estatua, incluso un museo.
-TESL: Ho.. ya veo.
-SAGR: Y le pusieron su apellido a la unidad fundamental del magnetismo.
-TESL: Eso me gusta... aunque hubiera preferido algo relacionado más directamente con la corriente eléctrica.
-SALV: Su posición está aún muy lejos de ser justa, señor Tesla. Me temo que 70 años después su nombre aún no se salva de la persecución que toda su vida le acechó.
-TESL: ¿Quiere decir que no he alcanzado la fama mundial?
-SALV: Me temo que no, señor Tesla. Sigue usted sin tener el reconocimiento que sin lugar a dudas merece.

Tesla consiguió ponerse aún más serio de lo que acostumbraba, pero se resistió a demostrar lo más mínimo los sentimientos que sin duda estaban siendo muy fuertes en su corazón. Permaneció unos instantes callado manteniendo la mirada.

-TESL: Señores, me ha sido muy grata su compañía, pero he de retirarme. El dolor de cabeza apenas me deja continuar pensando y debo dar de comer a las palomas. Si me disculpan.

Sin más dilación comenzó a andar lenta pero firmemente. No hubo tiempo para más despedida. Una vez solos, Salviati no pudo contener más las preguntas lógicas.

-SALV: Ahora que este increíble encuentro ha acabado, por favor, amigo Sagredo, expliqueme como es posible lo que acaba de suceder.
-SAGR: No es tan complicado de entender, mi apreciado Salviati. Si usted y yo somos la misma persona y siempre andamos hablando ¿Que dificultad puede haber en que quedemos con alguien más?
-SALV: Tiene usted razón, visto así, no es tan sorprendente, no.
-SAGR: Le veremos más, sin duda, no sufra usted por todo lo que se ha quedado con ganas de contarle.
-SALV: Si, es verdad. ¿Le importaría traerle mañana otra vez, si nos vemos aquí de nuevo?. No le he comentado nada sobre el transistor, el microchip, la informática, Internet, los rayos X, el envío de señales al espacio profundo, las misiones a Marte, tantas y tantas cosas.
-SAGR: No faltaría más. Si nos vemos mañana me encargaré de traerle.