sábado, 7 de abril de 2012

Volver a ver agOra

Hoy he vuelto a ver agOra, la película que desencadenó una tormenta en mi mente y terminó por empujarme a crear este blog. Se suma esto a que estamos en "semana santa", días en los que hay muchas demostraciones públicas de cristianismo y en los que fácilmente se pueden leer y escuchar discusiones (acaloradas en muchas ocasiones) sobre religión.

Viendo las escenas en las que el maestro Amenabar saca la cámara del planeta tierra después de algunos de los peores momentos de la película no puede llegar a mi cabeza otra idea que la que nos quiere transmitir: podemos pelearnos todo lo que queramos. A la verdad le da completamente igual nuestras discusiones, ella seguirá rotunda y fuerte. Somos simples (pero curiosas) formas de vida en un pequeño planeta de un pequeño sistema solar a las afueras de una típica galaxia.

Creo que debemos ser mucho más humildes y no creer ninguna teoría sobre el origen del universo, ni de la tierra, ni de la vida, ni del hombre que no esté asépticamente basada en la persecución metódica, científica, de forma contrastable y repetible de la utopía que representa la verdad. No es una cuestión de si somos o no católicos.. de si creemos o no en dios. Es cuestión de mejorar, de crecer como seres, de evolucionar nuestro pequeño hábitat y de alcanzar la máxima altura informativa que nos sea posible. Solo reconociendo nuestra debilidad al creernos más de lo que realmente somos lo conseguiremos. Solo comprendiendo que nuestro sentido de la superstición es un efecto secundario de nuestra necesidad de saber nos libraremos de nuestro mayor lastre.

Amenabar lo resume mucho mejor que yo: "Tú no cuestionas lo que crees, no puedes. Yo sí, yo debo"

Gracias Amenabar.

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