miércoles, 26 de septiembre de 2012

Hipótesis heurística ultracuántica

Yo no soy físico, ni tengo estudios en la materia. No soy profesional científico ni cuento con capacidad matemática como para entender las complicadas fórmulas que forman y describen las leyes físicas. Tan solo soy una persona a la que le gusta pensar... y hacer pensar.

Me encanta leer sobre física cuántica y navegar dentro de la libertad que constituye mi ignorancia. En uno de estos viajes he encontrado una hipótesis heurística no basada que me parece bella, y que no me resisto de poner en este post.

Antes intento explicar algunas cuestiones sobre física cuántica que van a hacer falta para entender la hipótesis, y de paso, al intentar explicarlas, las aprendo un poco más ; - )

Un átomo es algo realmente pequeño. En el grosor de un cabello humano puede haber 1.000.000 átomos de carbono. Coge uno e intenta imaginar tal número de divisiones. Además, el propio átomo es casi todo espacio vacío, excepto su núcleo. Solo la repulsión eléctrica de los electrones de un átomo con los de sus vecinos delimita el tamaño del propio átomo.

Tenemos que pensar que "los átomos no son cosas", tal como Bohr le dijo a Heisenberg, ya que ahí abajo las cosas suceden de forma muy diferente a lo que ocurre aquí arriba.

Hablaremos de partícula para referirnos a cualquier "cosa" más pequeña que un átomo: Electrónes, fotones, quarks, etc...

El principio de superposición cuántica tiene un nombre extraño, pero mucho más extraño es lo que describe. Este principio establece (¡¡¡y es un principio!!) que las partículas no están en un solo estado (posición + velocidad), sino que están EN TODOS LOS POSIBLES a la vez. Pero la extrañeza no acaba aquí... cuando, por el método que sea, medimos posición o velocidad de la partícula, la superposición colapsa y la partícula aparece en un solo sitio.. y con una sola velocidad. Le podían haber llamado principio de la timidez cuántica.

Además de este fantasmagórico fenómeno, la posición en la que colapsa la partícula es azarosa, es decir, tal solo podemos saber las probabilidades que hay de que una partícula, al intentar observarla, esté o no en un determinado sitio.

Creo que esta falta de determinación natural es una de las cosas que más me chocan del universo, sin embargo tenemos 100 años de experimentos que abalan este principio.

También necesito mencionar otro principio, el de incertidumbre de Heisenberg. Aquí arriba podemos saber donde están las cosas, y con que velocidad se mueven con total precisión. Con las partículas no se pueden saber ambas cosas a la vez. No se trata de que no tengamos la tecnología para hacerlo, se trata de que el propio acto de medición altera lo medido. Sea cual sea el método utilizado para obtener la información sobre uno de estos dos valores, el propio acto de medir introduce un error sobre la otra medida. Hay una barrera por debajo de la cual no nos está permitido mirar.

Un último concepto: La longitud de Planck. Si una partícula está en una posición, para estar en la siguiente posición contigua recorre esta distancia. No tiene sentido físico decir que está entre medias de los dos puntos. Es la distancia más pequeña que tiene sentido físico.

Pensando en estos dos principios, en lo rápido que se mueve la luz en el vacío y en lo pequeña que es la distancia de Planck he imaginado esta hipótesis:

Un fotón (luz) al viajar por el vacío recorre, cada segundo, 1854922927189040000000000000000000000000000 distancias de Planck (aprox). ¿Y si lo hace girando en pequeñas órbitas?

La luz sería capaz de dar 16932272824574800000000 vueltas a un electrón en un segundo. Son muchas. Y estamos hablando de la longitud de Planck es 19 órdenes de magnitud más pequeña que el electrón.

¿No es posible que el principio de superposición, el de incertidumbre y la aleatoriedad que presenta el colapso de la función de onda tengan origen en que los "ladrillos" que constituyen la realidad están muy por debajo y se mueven mucho más deprisa de lo que lo puede hacer cualquier "cosa" que se puede utilizar para obtener información?

A pesar de la aleatoriedad (dentro de una probabilidad conocida y calculable) del mundo cuántico, colapsa y hace emerger las leyes físicas deterministas de este nuestro mundo macroscópico. ¿No es posible que precisamente otro mundo determinista, cualitativamente por debajo del cuántico (por la velocidad y escala a la que suceden las cosas), haga emerger la física cuántica?

Las teorías de cuerdas y la teoría M avanzan en este sentido, e investigan este tercer estrato de la realidad. Espero poder vivir avances de esta teoría y seguir pensando... y haciendo pensar , - )

6 comentarios:

  1. Me acabas de dar una diarrea mental que no se me va a olvidar en tiempo...

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    1. JAJAJajjaja.. ¡bien!!! eso es que algo hemos conseguido.. jajaajjajaj

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  2. Éste es uno de tus artículos que más me han gustado. Enhorabuena.

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    1. Wow... un honor viniendo de ti, lo digo sinceramente , - ) Además se que estos temas te son conocidos ¡¡Saludooosss!!!!

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  3. me encanto tu articulo,viva la teoria m y las supercuerdas!!!

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