miércoles, 28 de noviembre de 2012

Una fría y oscura mañana de ciencia ficción.

Salviati había madrugado ese día. Sus pasos y varios transbordos de transporte público le llevaron hasta aquella calle.

No tenía previsto ver a Sagredo en todo el día, pero no pudo evitar acordarse de él. Al hacerlo tomó más consciencia de donde estaba de lo que su automático viaje le había permitido.

El tenso frío no le pasaba inadvertido, creando esa especie de dolor con gusto que solo el viento de una mañana fría sabe dar. Aún era de noche, pero los primeros pasos del amanecer ahogaban la luz de las farolas creando un ambiente aún más obtuso que la oscuridad.

Un auténtico río humano se vertía frenético calle abajo, con alocado orden como el de una columna de hormigas. Nadie tenía rostro, no eran ellos, sino sus sombras las que se precipitaban como si fueran de un misterioso metal y un potente imán les sometiera a su inevitable atracción. Cada uno disfrazado con el atuendo adecuado para parecer quien deben parecer en sus trabajos, en un absurdo intento de disimular sus tajantes semejanzas. Solo unas vallas torpemente improvisadas desviaba su flujo desnaturalizándolo aún más.

Una robótica retroexcavadora ensordecía el ambiente percutiendo rítmico el duro cemento con su martillo neumático. El humo de su motor se convertía en espesa niebla que se sumaba a la que mantenían, fantasmagórica, el resto de coches que, torpes, intentaban sortear el atasco que ellos mismos estaban creando. Las deslumbrantes luces de los coches se entrelazaban con las zumbantes sirenas sordas de la maquinaria de obra.

Por un instante sonrió ante aquel gris espectáculo, porque un pensamiento cruzó su mente. Estaba viviendo en ese futuro que en tantas películas de ciencia ficción había visto. Tantas historias en la que se han creado ambientes lúgubres y oscuros, futuros cataclísticos en los que la humanidad aparece desvirtuada. Estaba ahí, delante de sus ojos.

Sagredo tendría que ver esto, se dijo. Con lo que le gusta Blade Runner, creería ver a Deckard preparándose para retirarle.

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