martes, 29 de julio de 2014

Al otro lado del universo. Sustancia información.

Viendo el estupendo remake de COSMOS no puedo evitar pensar sobre el terrible (por inimaginable) tamaño del universo que habitamos, y que, a pesar de dicho tamaño, las pobres artes de las que disponemos los pequeños humanos nos permiten hacer hipótesis sobre lugares que están al otro lado del universo (si es que se puede hablar de "el otro lado" tratándose del universo).

¿Podemos saber realmente algo sobre estos sitios? ¿Es nuestro sentido de la realidad suficiente como para acometer una tarea especulativa semejante? Quizá lo que trato de hacer sea osado, pero no me resisto a intentarlo , - ) Ya el genio de Carl Sagan y su equipo ideó un mensaje capaz de ser leído por cualquier civilización inteligente.

La información es una sustancia curiosa. Es imposible acabar con ella... mientras exista el universo contendrá información. Cada átomo, cada partícula tiene una naturaleza, una posición y una velocidad. Sin pretender entrar en incertidumbres (guiño, guiño), cada uno de ellos contiene, al menos, esta información básica (seguro que muchas, muchas otras).

Aquí viene el precioso juego que existe sobre la sustancia información, la guerra de las galaxias más antigua y que se mantendrá mientras el universo sea tal. Las que para mí son las dos leyes fundamentales de la naturaleza pelean entre sí, la una para crear sustancia información y la otra para destruirla. La primera sería la que me gusta llamar ley de leyes. La agrupación de cualquier elemento crea un nuevo tipo de información que tiene origen en la relación que establecen los elementos sencillos, creando una capa de información cualitativamente diferente. Nace información solo por agrupar elementos con información, y la nueva sustancia creada es diferente de la que contenían los elementos agrupados.

Un ejemplo de esto somos nosotros mismos. ¿Qué somos? ¿Somos átomos? ¿Somos moléculas? ¿Somos células? ¿Somos tejidos? ¿Somos órganos? ¿Somos nuestro cuerpo?. No a todas y si a todas. Si porque es cierto que estamos compuestos por todas estas cosas, pero no porque no somos solo esas cosas, sino la innegable necesidad de que estén agrupadas con tremenda precisión todas ellas formándonos. Si dudas de esto intenta vivir sin tu hígado , - ) La información que surge al agrupar nuestros átomos, moléculas, células, tejidos y órganos (que están renovándose constantemente) dan lugar a nosotros, no como la suma de todos los elementos agrupados, sino como un nuevo tipo de información, un ser vivo cantante y pensante , - )

Bueno, y qué ley de la naturaleza es esa que destruye información (que por cierto es la que nos hace tener que comer y morir). La mala de la película es la segunda ley de la termodinámica. Tiene definiciones difíciles de entender, pero para explicarla mal y pronto podríamos decir que el desorden aumenta con el tiempo. Cada instante, en todas partes, la información es destruida y diluida y no existe mecanismo que pueda detener tal destrucción. Incluso nuestra amiga la ley de leyes está sometida a su mandato, y para crear información siempre tiene que consumir aún más información de la que crea... así que ¡¡tenemos la guerra perdida desde el principio!!!

Se podría pensar que el universo nos odia o que una maldición de algún dios inventado nos mata poco a poco con esta ley, pero su origen es bien sencillo. Por cada estado de cualquier elemento que contenga información, existen muchos más estados de esos mismos elementos que suponen que ya no exista esa información. Por ejemplo: Un libro. Un ejemplar del Don Quijote de la Mancha puede tener unas 2.034.611 letras. ¿De cuantas maneras se pueden colocar estas letras? mmm... 27 letras + unos 10 símbolos de puntuación, ordenados de 2.034.611 en 2.034.611 son... 37 elevado a la 2.034.611 potencia.. es un número tan grande que mi Excel me ha mandado a paseo. Pues bien, ante esta abrumadora cantidad de posibilidades de combinar las letras que forman el Quijote, solo una de ellas da lugar a la historia auténtica y un pequeñísimo porcentaje mantendría con vida a nuestros simpáticos Sancho y Quijote. La segunda ley de la termodinámica, lo que viene a hacer, es dejar cambiar a los sistemas naturalmente, de tal manera, que como existen muchos más estados desordenados que ordenados, la información que contiene siempre va a menos, por pura estadística. Esto es lo que hace que todo se estropeé con el tiempo, que envejezcamos y muramos, que tengamos que comer y que tu PC no funcione si no lo enchufas.

Aquí viene nuestro viaje espacial instantáneo. Creo que al otro lado del universo existe información. Aunque el campo electromagnético y de higgs no estén vigentes, aunque los quarks no formen protones ni neutrones, aunque las leyes cuánticas superen el colapso de función de onda y alcancen el mundo macroscópico, el que sea una parte del universo, por definición de universo, implica que ha de contener sustancia información.

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