martes, 29 de octubre de 2019

El poder de la atención

Si algo podemos afirmar con respecto a los tiempos que nos toca vivir es que son interesantes. Pasan tantas cosas, hay tantas novedades que cuesta trabajo mantenerse "al día".

Si nos fijamos un poco en ese acto tan cotidiano y continuo que es el de prestar atención a una u otra cuestión podemos ver fácilmente que no es algo trivial.

Internet está en la palma de nuestra mano y en cualquier momento podemos publicar o acceder a la información que queramos. Genial ¿no? todo el saber y el presente de la humanidad al completo accesible para que disfrutemos de él. Pues no, no es tan genial... vamos a ver por qué.

Para empezar, la cantidad de información nueva que a cada instante se genera en Internet es abrumadoramente superior a la que ninguno de nosotros podemos prestarle atención. Por ejemplo, cada segundo se publican aproximadamente 24000 segundos de vídeos en Youtube. Aunque le dedicáramos toda nuestra atención a esta página sin dormir ni hacer nada más que mirar fijamente vídeo tras vídeo tan solo accederíamos al 0'0042% de lo publicado. Imaginemos si tenemos en cuenta las demás publicaciones de Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp, Blogs, Podcast y un sinfín de redes sociales y páginas. Es simplemente inabarcable. ¿Añadimos cientos de canales de televisión, series a la carta, películas y videojuegos?

Siendo esto así, cada persona solo le vamos a poder prestar atención a una muy pequeña parte de todo este universo que se crea a cada instante. Bueno, no pasa nada, cada uno elige lo que quiere ver y se acabó el problema ¿Verdad? Me temo que tampoco es así.

El primer problema derivado de esto es el estrés al que naturalmente tendemos al intentar prestar más atención de la que podemos. Para agravar esto las notificaciones con señales sonora o cartelitos numéricos que hacen nuestro móviles reclaman constantemente ese apreciado recurso que es nuestra atención. Suscripciones, reenvíos, feeds, grupos, y mil y un métodos de "estar al día" empeoran esta situación.

Otro problema es la tendencia de nuestra atención de fijarse en lo llamativo y no en lo importante. Me explico: Chistes, chismes, barrabasadas, perritos & gatitos, famosos, pringaos haciendo el memo, mensajes de odio, etc campan a sus anchas por todos los rincones de Internet y acosan a nuestra atención absorbiendo este recurso escaso y limitado. Debería tener un nombre la enfermedad que supone para una persona regalar toda su atención a banalidades que carecen de toda importancia para sí mismos.

El tercer gran problema es que directamente tu atención se ha convertido en un producto. Controlar lo que atendemos y lo que no ya es la profesión de quien bajo las ordenes de intereses empresariales o incluso políticos utilizan artes que están más allá de la ética para a través de fakes, rumores virales, robots que reenvían noticias o en el peor de los casos creando verdaderos problemas sociales a modo de espesas cortinas de humo evitan que nuestra atención llegue a su legitimo destino, que es a los culpables del saqueo de lo público y demás ladrones encorbatados.

Podrías decirme: Cada uno hace lo que quiere, él sabrá. Bien, una vez más no estoy de acuerdo.

Me explico: La atención no es un bien intangible que no tiene consecuencias. Todo lo contrario, es precisamente nuestra atención la que hace que las cosas sean posibles. Donde recae la atención recae el dinero, y este hace precisamente que eso que ha sido atendido crezca. De esta manera se cometen las injustas canalladas como que las personas más reconocidas social y económicamente son discutidores profesionales de televisión, futbolistas, y demás "distraedores" circenses, mientras que a las personas que se desgastan la vida trabajando para el bien de todos -como los científicos o profesores- no son atendidos y por lo tanto tienen dificultades para que el dinero les permita seguir trabajando y viviendo.

Es un problema sistémico del ser humano, primero alcanzamos las capacidades y las hacemos nuestras como si supiéramos lo que hacemos, y luego (o nunca) pensamos qué debemos o no hacer con ellas.

Sería de vital importancia reconocer el poder que tiene nuestra atención, y que como otro recurso a nuestro alcance lo depositáramos con responsabilidad sobre cuestiones que nos atañen y que de verdad tengan importancia para nosotros mismos. Hoy por hoy esto es una utopía, pero como diría Serrat ¡defendamos la utopía!! Imaginemos un mundo mejor, si no ¿Cómo podría ese mundo llegar a ser real?

Por cierto, no olvides reenviar este post, colgarlo en tus redes sociales, subirlo a tus grupos de Whatsapp, hacer un vídeo de Youtube comentándolo e imprimirlo y ponerlo en las farolas y en los parabrisas de los coches... si no ¿Cómo nadie le va a prestar atención a la atención?