lunes, 30 de noviembre de 2009

Información

Salviati:

Cuando ordenas algo estás imprimiendo información. Creas una nueva capa lógica por encima de lo ordenado que lo enriquece y mejora. Un ser vivo, por ejemplo, no es solo una colección de átomos, sino un orden muy preciso en la disposición de los mismos, formando moléculas => tejidos => órganos => Ser vivo. Otro ejemplo sería el cerebro, en el que no existe solo su parte física, sino que contiene información y procesos que trabajan sobre dicha información.

Por lo que vida es sinónimo de orden que es sinónimo de información.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Somos?

Salviati:

A menudo pienso sobre como funciona nuestro propio cerebro. Los griegos decían: “Nosce te ipsum” o también “Temet nosce” y me parece demoledor que podamos estar toda la vida intentando conocernos a nosotros mismos y no lleguemos a hacerlo completamente. ¿Cómo nos puede faltar conocimiento de lo que somos si lo que somos nos constituye?

La respuesta me aparece sencilla. En nuestro cerebro no solo se da nuestra consciencia, sino que coexiste con la subconsciencia. Lo que nosotros “conocemos” es la parte consciente, pero la subconsciente permanece oculta a menos que indaguemos en ella.

Somos dos en uno. Vamos a llamar Presi a la consciencia y Nuclus a todo lo que representa la subconsciencia.

Presi se cree que existe. Se cree que él es, en si mismo, el protagonista y líder único de nosotros. Ignorante, cree que es quien decide sobre las cosas y quien actúa, quien controla lo que está sucediendo y quien sabe como responder. Ni se le pasa por la cabeza dudar de su indiscutible dominio. Nuclus, mientras tanto, conocedor de la autentica verdad, vive sabiendo que realmente es él quien carga con casi todo el trabajo y oculto en su oscuro refugio no le hacen falta los aires de grandeza de Presi, a quien se limita a controlar como a una marioneta, sin sentir necesidad de despertarle de su sueño.

Nuclus tiene una fuerte conexión con el cuerpo. Hace un gran trabajo controlando constantemente y sin descanso su funcionamiento, regulando exquisitamente cada pieza de su inconmensurable rompecabezas para que no dejen de formar el mosaico de nuestro ser físico, sin el que nuestro ser lógico dejaría de existir. Se encarga, también, de detectar sus necesidades, y en caso de tener que recurrir al mundo exterior para satisfacerlas se limita a acercarse sigilosamente a Presi, sin que este se de cuenta, y una vez a su lado le susurra al oído un sentimiento.

Nuclus posee la sabiduría que todos sus ancestros, desde la primera célula que cobró vida, han ido registrando a modo de reglas de supervivencia. Sabe que debe aplicar estas reglas para sobrevivir, pero él no tiene acceso al mundo exterior, así que transforma estas reglas en sentimientos que llegado el momento oportuno se encargará de susurrar a Presi, una vez más sin que este advierta de él. Si es necesario le presionará hasta someterle a como él sabe que debe comportarse, por el bien de los dos.

Presi se cree que percibe el mundo, que interactúa con él, pero es Nuclus el que tiene acceso a los sentidos, y con sus señales y su vasto cúmulo de recuerdos se encarga de abstraer las ideas que hace llegar puntualmente a Presi a través de su televisión, como si de una película mal doblada se tratase. Este, acostumbrado desde siempre a esta película, la tiene por realidad, y no es capaz de ver fuera de su palacio de cristal.

Al menos una vez al día Nuclus tiene que reorganizar todo lo nuevo que se ha percibido, así que ni corto ni perezoso se acerca a Presi y lo apaga como si de un robot con botón de encendido se tratara. Una vez apagado Presi, Nuclus se sienta en su sofá y descansa un poco. Después usa la televisión de Presi para volver a ver lo más interesante del día y va tomando apuntes. A veces incluso mezcla lo nuevo del día con datos anteriores o de cosecha propia, para experimentar situaciones que no se han dado pero podrían darse. Una vez ha ordenado todo lo guarda en su biblioteca particular y cuando ha terminado de trabajar vuelve a encender a Presi, que despierta como si nada hubiera pasado.

Presi, por favor, espabila de una vez. Mira debajo de tus pies y verás que tu no sabes ajustar la presión sanguínea, que no tienes el control sobre el número de proteínas que fabrican tus células ni sabes porque de vez en cuando tienes sed. ¡¡ si ni siquiera sabes porque te gustan las mujeres y no los hombres !! (o al revés). Habla con Nuclus. Él es muy callado y hay que sacarle las palabras casi a la fuerza, pero si le acostumbras a llevarse bien contigo puede que te acerques a él, y consigas conocerte mejor a ti mismo.


El señor Charles Darwin contestó todas las preguntas. Con su ley de leyes se encargó de contestarlo todo. ¿Quién es Presi? Es lo último en tecnología para la supervivencia. Los animales dotados de un Presi son mejores para sobrevivir, ya que se creen que existen, y este es el último grito en estrategias de selección natural.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Sobre la risa

Salviati:

Muy diferentes parecen las situaciones que provocan risa en las personas. Ver a alguien que va despeinado sin darse cuenta, alguien que tropieza, un chiste bien contado. Incluso la misma situación, en contextos distintos, puede provocar mucha risa o todo lo contrario. Las diferencias entre lo que hace gracia a una persona y a otra también son grandes. El mismo estímulo que para uno es gracioso para otro no lo es. También podríamos hacer diferenciaciones entre lo que hace gracia a personas de distintas edades, distinto sexo, distinta nacionalidad, distinta condición social, distinta religión. Casi hablamos de algo que es exclusivo de cada persona.

Además la risa es un comportamiento de carácter involuntario, nadie puede reírse sin que algo se lo provoque, a menos que lo haga fingiendo.

Después de mucho pensar en que patrón común había en todas las situaciones graciosas he llegado a una teoría sobre la naturaleza de la risa. Nuestro cerebro nunca vive el presente. Es mucho mejor para nosotros, según la ley de leyes, vivir un futuro muy inmediato, de tal manera que siempre estamos especulando un futuro próximo formulado a partir de las percepciones del mundo y de nuestros recuerdos de situaciones anteriores vividas. No dejamos de predecir lo que está a punto de suceder en base a toda una colección de experiencias similares anteriores, partiendo del mundo percibido y siguiendo lo que entendemos por lógico. Pues bien, las situaciones graciosas son las que, sorpresivamente para nosotros, desvían el curso de los acontecimientos de lo que nosotros esperábamos en nuestro futuro inventado, desembocando en una situación agradable para nosotros, y muchas veces conectando dos áreas del conocimiento que hasta entonces no teníamos por relacionadas.

Es importante que la sorpresa no nos lleve a una situación que entendamos por desagradable, ya que si es así no solo no habrá gracia, sino todo lo contrario. Un ejemplo: Ves a alguien que está a punto de sentarse en una silla. Que futuro inmediato construye instantáneamente tu cerebro: en base a las veces anteriores en las que has visto esta misma situación “sabes” que la silla sostendrá el peso de la persona quedando esta sentada sobre ella. Pero… sorpresa… la silla se rompe y la persona cae al suelo. ¿Te hace gracia lo sucedido?. Depende. Si la situación final se entiende como agradable si. Me explico completando el ejemplo. Si la persona que ha caído al suelo es una amigo tuyo, estas en una cafetería dentro de un ambiente conocido y acompañado por otros amigos y tienes claro que no ha sufrido danos físicos graves, lo mas seguro es que tengas para reírte el resto de la semana. Sin embargo si la misma situación le sucede a una mujer que está embarazada, o a un desconocido que del golpe queda inconsciente no solo no te hará gracia sino que será una situación muy desagradable. La empatía sentida hacia el protagonista del accidente te hará llegar a una situación que entiendes como desagradable y es requisito indispensable para que algo haga gracia que no sea así.

Todo es Física

Salviati:

Recientemente he tenido la oportunidad de tener una conversación realmente muy, muy interesante en la que se discutía si había o no algo fuera de lo puramente físico, circunstancia que sin dudar ni un instante me lancé a afirmar y que escandalizó al resto de los contertulios, todos ellos personas sabias y formadas.

Las alegaciones en contra de mi afirmación fueron que no somos máquinas que sigamos leyes físicas, que hay cosas, como la poesía, que están fuera de ninguna ley, que tenemos una parte de nosotros mismos social y que a la vez formamos parte de la sociedad, que todos somos distintos.

Bien, después de haber estrujado cada una de estas alegaciones, grabadas ya a fuego en mis recuerdos, no solo no he cambiado de opinión, sino que lo veo aun mas claro. Tan claro que no he encontrado ni una mota de polvo que ensucie mi afirmación.

Procedo a desmontar cada una de las alegaciones en contra, como ya haría el propio Charles Darwin en la última edición de su evolución de las especies, cuando afirmó algo que solo él creía y que resultaba incomodísimo a todo el mundo. Eso de que venimos del mono… que asco, que se habrá creído este Darwin. Que por simples mutaciones aleatorias y pruebas de mejora o fracaso se ha llegado a diseñar algo tan perfecto como el ojo… imposible, es mucho más cómodo creer que ha sido dios.

Podemos empezar por definir que somos. Yo diría que somos un conjunto de procesos mentales y la información que contienen e intercambian entre ellos. Es requisito imprescindible (por ahora) para que estos procesos existan, y por lo tanto para que existamos nosotros, que se den en un cerebro. No hay duda científica en ello, y aunque muchas veces nos cueste creerlo ninguno de nuestros pensamientos, sentimientos, decisiones, recuerdos, percepciones, ni imaginaciones se dan fuera del cerebro. Partiendo de la premisa indiscutible que el cerebro es un buen montón de neuronas interconectadas química y eléctricamente, y que las propias neuronas son células especiales, pero al fin y al cabo células, pura química, no cometo error al afirmar que en el cerebro no hay nada que no sea física, ya que la química es física vista un poco más arriba y la electricidad está descrita en las leyes de la física. Pues bien, si somos procesos mentales implementados sobre nuestros cerebros y nuestros cerebros son pura y escrupulosamente física, estos procesos mentales no dejan de ser el resultado de las leyes de la física que rigen nuestro cerebro.

¿Incomodo con la afirmación?. Sigamos que hay mucho más. Vamos con la poesía, con la belleza, con el romanticismo. Sin cerebros que las imaginen no existiría la poesía. Sin cerebros que las comprendan e interpreten no hay poesía. La poesía solo existe dentro de nuestra imaginación, nuestros recuerdos o nuestros sentimientos, tres de los procesos que sostiene nuestro cerebro, por lo tanto íntimamente ligados a la física. De ser verdad está afirmación, ¿se desvirtúa en medida alguna la poesía? ¿Voy a sentir algo distinto cuando leo “Me gusta cuando callas porque estás como ausente…”? ¿Van a perder belleza las poesías de Machado?. Yo creo que no. La física no es frío, sino calor. El calor que solo la ilusión de verdad puede dar. El calor de acercarte lo máximo a la certeza, a lo inmutable, a lo perdurable por encima de todo.

Vamos con la sociedad. No solo tenemos un yo, sino que existe un yo social y además la propia sociedad se completa con mi yo. Tenemos una cultura que nos precede y, desde el momento del nacimiento (incluso antes), nos alimenta, modifica y esculpe. A la vez nuestra propia presencia cambia, en mayor o menor medida esta cultura, formando todos una malla de conocimientos que no tiene barreras espaciales ni temporales. No hay nada dentro de esta afirmación que se escape ni un ápice de mi afirmación, ya que todo lo que yo soy se da en mi cerebro, incluido, por supuesto, mi yo social. La cultura y las sociedades desaparecerían si no existieran los individuos que las componen, interpretan y forman, y los individuos no existirían, cada uno de ellos, sin sus correspondientes cerebros, luego nuestras sociedades y culturas solo se componen, interpretan y forman de cerebros interconectados sin barreras espacio-temporales. Cuando yo leo la vida y obra de, por ejemplo, Giordano Bruno, no hago más que alimentar lo que yo soy con lo que se supone él fue, lo que él hizo y lo que él escribió, creando un vinculo entre mi cerebro (lo que yo soy) con el suyo (lo que él hizo y ha quedado escrito). Insisto, nada fuera de la física, tan solo un cerebro conectando con otro, tan solo guardo en mis recuerdos, lo que interpreto en mi imaginación al percibir (leer) lo que él escribió, para posteriormente rumiar esos recuerdos de nuevo en mi imaginación junto con experiencias, sentimientos y pensamientos propios hasta conseguir incorporar a mi mismo las conclusiones obtenidas.

Todos somos distintos. Esta fue una de las contradicciones que se encontró a mi afirmación. ¿Como puede ser que seamos solo física si somos distintos?, Teniendo en el cerebro los mismos procesos que se encargan de las mismas cosas ¿Cómo podemos ser tan diferentes?. La respuesta es sencilla. Según la definición que he dado de lo que somos hay una parte importante que son los procesos, conscientes e inconscientes que se dan en nuestro cerebro, pero la parte fundamental de lo que somos es la información que manejan estos procesos. La memoria de cada uno de nosotros es diferente, con lo que todo lo que percibimos, abstraemos e imaginamos está influido y modificado por estos recuerdos, de tal forma que respondemos, decidimos y reaccionamos de formas distintas ante las mismas situaciones. Mentalmente, somos, a falta de irregularidades, iguales en estructura, pero no en contenido.

Sigamos poniéndonos incómodos. Vamos a por el amor. El amor que mueve montañas, no va a mover esa piedra, si dentro de esa piedra late un corazón. Para mí, la definición científica, y para mí entender nada fría, es que el amor es el sentimiento, programado genéticamente, que nos empuja a actuar en contra de la lógica y en beneficio de la especie. Pura y simple ley de leyes de la evolución de las especies de Darwin. Sin amor no nos juntaríamos hombres y mujeres, algo sin duda beneficioso para procrear. Sin amor no cuidaríamos de nuestros hijos (doy fe que si no es por el amor hay veces que los matarí·$%”·$%·mos), sin el amor no empatizaría con mis semejantes, algo que es imprescindible para vivir en sociedad, algo que es beneficioso para la especie. ¿Está el amor fuera de mi cerebro?. Si es algo que yo siento no, puesto que sin mi cerebro no sentiría. Además está programado genéticamente, lo que lo acerca aún más a la física, la física de la química del ADN.

Para rematar vamos con la incomodidad por excelencia, por lo menos para la mayoría de las personas. ¿Es distinta una persona de una máquina?. Los procesos e información que nos componen ¿No los puede ejecutar un ente informático?. Los ordenadores son máquinas para el tratamiento automático de la información. ¿No es eso lo que hacemos?. Recibimos información, como las máquinas. Procesamos dicha información, interpretándola, abstrayendo, mezclándola con recuerdos e imaginaciones y las incorporamos a los recuerdos. Decidimos y sentimos en base a esa interpretación y devolvemos el resultado como respuesta si es preciso. ¿No puede una máquina llegar a hacer todo esto?. Yo creo que si. Constantemente veo símiles entre la informática y nuestro proceder y solo encuentro una diferencia, la capacidad de proceso que tiene nuestro cerebro es en muchas escalas superior a la de cualquier sistema informático. Pero esa dificultad es solo cuestión de tiempo (y poco).

La ciencia-ficción son ensayos sobre lo que puede llegar a pasar en el futuro, y muchas de las ideas que ha vaticinado han llegado a ser reales. A nadie le sorprende ya una puerta que se abre sola, justo en el momento de pasar por ella. Pues bien, una muy buena historia de ciencia-ficción es blade runner, en la que en una de las últimas escenas un replicante, un robot fabricado por el hombre con aspecto de hombre, alcanza, justo antes de su muerte, las capacidades mentales suficientes como para crear una poesía. Relata los recuerdos más intensos de su corta existencia y termina con:

Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.

Derechos de los menores

Salviati:

Hace cien años, en nuestro primer mundo, las mujeres carecían de multitud de derechos. Eran consideradas individuos de segunda clase, sin derecho a votar, a realizar gestiones, a trabajar ni a gozar de muchas libertades. Maltratadas socialmente, todo el mundo sentía normal estas discriminaciones, incluidas las propias discriminadas. Estas injusticias que ahora vemos tan claras estaban arraigadas profundamente en la mente de todos de tal forma que pasaban desapercibidas. Solo luchando implacablemente durante 100 años, las mujeres han logrado recuperar, en gran parte, la lógica justicia en su papel en nuestras sociedades. Se dice que el siglo XX ha sido el siglo de la mujer, pues creo que el XXI debería ser el siglo de los niños.

Estamos viviendo exactamente la misma situación con otro gran sector de nuestra población: la de los niños. Ellos son maltratados sistemáticamente en multitud de ocasiones y en nuestras sociedades está muy bien visto. Sufren a diario humillaciones, incomprensión y maltrato psicológico y físico sin que a nadie le resulte nada fuera de lo normal. ¿Os parece que exagero?....

A partir de ahora hablaré de niños refiriéndome a personas con edades entre los 0 y los 18 años.

1.- Educación. A los niños hay que educarles. Cuando nacemos carecemos de formación alguna con respecto a como comportarnos en la sociedad a la que venimos, de tal forma que es tarea fundamental para los padres y el entorno del niño enseñarle como comportarse. Para conseguirlo está justificado cualquier método con tal que funcione. Es fundamental que el niño se comporte como un adulto en cuanto a no decir palabrotas, estarse quieto en entornos serios, no llorar por cualquier tontería y comportarse con los demás niños como lo hacemos entre nosotros. Cuando nos da la gana también están obligados a comportarse como niños, aunque ellos no quieran: Tienen que compartir sus cosas con extraños, están excluidos de participar en las decisiones, deben acatar lo que se les manda sin más explicaciones y sin rechistar, no merecen una aclaración con respeto a por que se hacen ciertas cosas o por que no se pueden hacer ciertas otras. Para lograr tales hazañas está permitido increpar al niño incluso físicamente, con llamadas de atención reiteradas y si es necesario el remedio definitivo, un buen azote, si se consigue el objetivo buscado, aunque este sea parte de un maltrato que vemos normal, todo está justificado.

Creo que deberíamos cambiar frases como:

- No se puede educar a un niño sin un buen azote de vez en cuando
- Por que no vamos a tratarle así, si funciona y conseguimos lo que queremos
- Los niños lloran por cualquier tontería, no le hagas caso
- Niño haz lo que te digo y no preguntes por que

Por estas otras:

- La única forma de educar es dar ejemplo.
- Los niños no son adultos. No podemos ni debemos esperar que se comporten como tal.

- Los niños merecen que les expliquemos porque

- Los niños merecen especialmente que nos pongamos en su lugar e intentemos ver las cosas tal como ellos las ven, para poder entender mínimamente sus reacciones. Si lo hacemos vemos claramente como no lloran por tonterías, lo hacen muy a menudo porque muy a menudo se derrumba su pequeño mundo.

- Los niños merecen participar en todas las decisiones que sea posible, siempre dando margen para que se den cuenta de sus malas elecciones y siendo tajantes solo cuando su integridad corra peligro.

- Nunca, bajo ningún concepto ni circunstancia está justificado el maltrato físico en grado alguno a un niño. Ellos no pueden defenderse directamente, ni arroparse en la sociedad para que les proteja, porque está normalizado cierto grado de maltrato físico. ¿Quién marca el límite?, ¿Quién es el encargado de determinar cuando un azote es por su bien, cuando un cachete es para que aprenda o si estamos ante un abuso?, ¿Solo si deja marca? ¿Solo si es de vez en cuando? ¿Cuántas veces al mes es de vez en cuando? Solo cuando se pase de la raya… pero ¿Quién marca la raya? ¿Acaso los niños no entienden las cosas a menos que les peguemos? ¿A que edad termina este síndrome del desentendimiento a menos que me pegues? ¿A la que es el niño el que pasa a ser más fuerte que los padres? ¿A la que el niño está tan acostumbrado a los azotes, cachetes y tortazos que ya no tienen ningún efecto sobre él? ¿A que edad empieza? ¿Se cura de un día para otro? ¿Se puede pegar con amor? Si no es con amor.. ¿Se pega con rabia, frustración, enajenación? ¿Qué titular en los periódicos se publicaría si un hombre pegara a su mujer en público por su bien y para que aprenda? ¿Qué nos parecería que nuestro jefe nos diera cachetes cada vez que no está contento con nuestro comportamiento? ¿Qué injusto sería si ese policía tuviera derecho a darte un buen porrazo si te saltas la más mínima norma? ¿Qué diferencia hay entre la mujer, el empleado y el detenido con respecto al niño?... que ellos pueden defenderse en nuestra sociedad, los niños NO.

2.- Alimentación. Una de las responsabilidades principales de los padres es la correcta alimentación de sus hijos. Esta obligación, que empieza como instinto innato, puede derivar fácilmente en una obsesión en la que la principal victima vuelve a ser el niño. La ignorancia en relación a los ritmos de las ingestas de los más pequeños desembocan inevitablemente en la desesperación de los padres, y ésta, en la búsqueda de técnicas, cada cual más cruel, para que el niño trague todo lo que los padres consideren adecuado. A nadie se le ocurre que un lactante tiene que tomar más leche de la que toma. Es muy difícil calcular la cantidad de leche y normalmente cogen peso muy rápidamente, pero pasado algún tiempo, sobre el año de edad, su ritmo de crecimiento frena bruscamente. Si no fuera así en pocos años pesaríamos lo que un adulto. Este frenazo metabólico implica una menor necesidad de alimento, que choca directamente con las preferencias de sus padres. Ellos no entienden porque ha dejado de comer y se esfuerzan en remediarlo como sea. En esta lucha todo vale: chantaje, soborno, presión psicológica o física, que convierten las comidas en autenticas batallas campales en las que los grandes perdedores son los indefensos niños. Esta lucha es inútil ya que en la mayoría de los casos no se consigue que el menor coma más de lo que necesite. Si así fuera, engordaría patológicamente. La sensación de hambre es un elaborado sentimiento que produce el cerebro tras recopilar multitud de datos con respecto a las necesidades bioquímicas de todo el cuerpo: niveles glucémicos, respiración celular, necesidad de proteínas, reservas de lípidos, oligoelementos escasos. Quién va a saber mejor cuanto debe comer, ¿El hambre del niño o los padres? La única obligación real de los padres es legislar cualitativamente y no cuantitativamente las comidas, es decir, controlar que come el menor y que se pone a su alcance, siempre escuchándolo y comprendiéndolo.

3.- Atención. A menudo los niños se comportan justo al contrario de lo que nos gustaría. Hay casos en los que ésta curiosa forma de comportarse se vuelve costumbre y está presente a todas horas. ¿Qué es lo que mueve a los niños a hacer justo lo contrario de lo que deben? ¿Por qué si con tanta insistencia (y malas artes) se les indica el camino toman el contrario? Falta de atención, siempre es falta de atención. Los niños tiene el instinto de relacionarse muy intensamente con los padres, no solo por sobrevivir, sino para aprender a desenvolverse en el mundo al que nacen. Si ellos no sienten que esta necesidad esté cubierta su inteligencia no parará hasta encontrar el método para poder satisfacerla. Curiosamente, de manera infalible consiguen la atención de sus padres siguiendo sus indicaciones, pero no respetándolas, sino infringiéndolas. Como conseguir evitar el calvario que supone para padres e hijos esta situación: Prestándoles atención, toda la que podamos, y entendiendo que seguramente no es suficiente, y que ellos van a hacer lo posible por conseguir más. Debemos comprender sus intentos de conseguirla y controlar la situación para no caer en el error de fomentar estos comportamientos.


Todo lo tratado en este escrito es teoría. Es imposible llevarla al 100% a la práctica. Momentos de falta de paciencia, tiempo y delicadeza llevan a su incumplimiento y hay que comprender que somos personas. La imperfección se presupone. Cuanto más respetemos y tengamos presentes estas cuestiones mejores personas seremos y mejor estaremos tratando a quien más lo necesita. Mejor, también, será la herencia que dejaremos impresa en nuestra descendencia. Solo lo mencionado sobre el maltrato físico se ha de considerar ley inquebrantable.

jueves, 29 de octubre de 2009

agOra, la película.

Hola a tod@s.

Hace ya un par de semanas he tenido la oportunidad, siguiendo recomendaciones, de ir al cine a ver la última película de Amenabar: Agora.

Durante estos días no he podido dejar de pensar en ella, y siento la necesidad de mandaros este correo por muchos motivos. A los que aun no habéis ido a verla quizás os empuje a ello. A los que habéis ido quizá os vuelva a hacer pensar. En cualquier caso es una forma de mostrarme a vosotros, porque en esta película se puede ver en gran parte lo que hay dentro de mí.

Sin intención de contarla resumo los temas que toca la película:

Las personas somos capaces de las mejores hazañas y de las mayores atrocidades.
La ciencia es el camino a la verdad y el conocimiento.
La guerra, fomentada siempre por los que están en el poder, no tiene ganadores.

La superstición y su hija la religión se usa y se ha usado siempre para controlar al pueblo y a su poder.
La religión católica nos debe 1500 años de evolución, de misoginia, de ciencia, de luz y de libertad, además de la vida y la obra de quienes intentaron luchar contra sus mentiras.
La religión y la ciencia se han enfrentado y se enfrentarán siempre, no porque sean semejantes o comparables en categoría, sino porque la ciencia supone un peligro intolerable para el poder de los que mandan en las iglesias.
El conocimiento es el mayor tesoro de la humanidad y debe ser protegido y preservado, sobre todo frente al propio hombre.
El hombre y su casa la tierra son insignificantemente pequeños, y a la vez extraordinariamente especiales.

Le doy las muchas gracias a Alejandro Amenabar por lo que ha contado y sobre todo por como lo ha contado. Por acercar la ciencia al gran publico e intentar despertar la curiosidad sobre asuntos que deberían ser considerados interesantes por todo el mundo, y no lo son. Por arremeter con el peso de la verdad contra los macarras de la moral y denunciar con una historia del pasado lo que estamos viviendo en el presente.

Saludos…..