martes, 30 de noviembre de 2010

Nanocomida. Cibus.

Especular sobre el futuro es el primer paso que se puede dar para mejorarlo y formarlo. Imaginar que pasará, como serán las cosas quizá condicione precisamente como van a ser. Las puertas de los centros comerciales se abren solas cuando vamos a pasar ¿serían así si antiguas historias de ciencia ficción no hubieran mencionado dicha tecnología?

La alimentación humana es un límite para nuestro desarrollo, nuestra expansión a otros mundos dentro del sistema solar y el origen de miserias y guerras aquí en el nuestro.

Podríamos especular con la posibilidad de llegar a sintetizar una forma de carbohidrato sencillo a partir de energía solar y materias primas simples, como agua y alguna formula carbonatada, que contuviera una cantidad mínima de otros elementos esenciales como los oligoelementos. Con este sencillo alimento no podríamos subsistir, ya que lo que comemos no son átomos, sino moléculas, y muchas de ellas muy elaboradas y grandes. Aquí es donde entra la tecnología del futuro a trabajar. Junto con nuestra pastilla de carbohidrato base, llamémosle cibus, tragaríamos un complemento muy especial, compuesto de nanorobots, que al igual que hacen nuestras bacterias amigas en nuestro intestino, convirtieran lo que es un simple compuesto en todo un repertorio de proteínas, vitaminas, aminoácidos, grasas, azúcares, etc... y ya sea de paso, en la cantidad idónea para nuestro organismo.

El cibus sería la liberación del lastre que supone nuestra obligación de nutrirnos, aunque también sería una frustración para nuestro instinto de comer como lo hacemos ahora y el final de los placeres de una buena mesa.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Piel de serpiente

Ahí está, inerte, como la piel de la serpiente
una vez la muda
el cadáver de mi mismo, de mi yo, de mi mente
que se queda muda
hace un momento, sonreía, feliz de su existencia
que se vuelve oscura
ya no volveré, me perdí, me dispersé
caído bote de pintura.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Cantidad de información

Me gusta mucho hacer comparaciones entre cerebro e informática. Las similitudes que encuentro son muy numerosas y precisas, tanto que no creo que sean fruto de la casualidad.

Parece que he encontrado una diferencia, en el tratamiento de memoria, que me ha llamado la atención.

Cuanto mayor es la cantidad de información que tenemos sobre un tema concreto con más facilidad lo recordamos, tenemos presente y tenemos claro cada uno de sus detalles. En informática el comportamiento es justo el contrario. Cuantos más datos hay una memoria informática más difícil y costoso en tiempo es acceder a sus detalles, además, la ordenación de estos datos es fundamental para que sean posibles las búsquedas sin recorrer toda la información.

Es maravillosa la forma de tratar la información y la memoria por parte del cerebro. Su eficacia es asombrosa y su forma de trabajar con la memoria todo un ejemplo.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Extrañeza cotidiana

Todos los días se da una situación a nivel mundial que no nos sorprende porque es cotidiana, normal y participamos en ella, pero es tremendamente extraña.

Como si de una maldición se tratara todos los días por la noche, la inmensa mayoría de las personas desaparecemos de nuestros trabajos, de las calles, comercios y parques... desaparecemos incluso de nuestras propias vidas... para dormir.

Que quedemos inconscientes masivamente durante horas coincidiendo con la noche es una costumbre que dejaría estupefactos a unos extraterrestres que nos visitaran, que pensarían que somos una especie de zombis que no funcionamos sin luz del sol.

No me cabe la menor duda de la tremenda importancia que tiene para nosotros lo que hacemos mientras dormimos, solo hay que intentar no dormir para comprobar su importancia. Además la evolución no hubiera permitido un error tan grande si no tuviera más beneficios que pegas, y que estemos inconscientes durante horas tenía que ser realmente peligroso cuando vivíamos en cuevas.

La desierta imagen de las calles de una ciudad por las noches, abandonadas por sus diurnos usuarios que tantas cosas tienen siempre que hacer y tantas vueltas tienen que dar no deja de sorprenderme...

viernes, 19 de noviembre de 2010

Nuevas palabras. Suerte.

Nuestro lenguaje, nuestra lengua, tienen un número determinado de palabras. El significado de estas son las cosas que se pueden nombrar por parte de quienes lo usamos, de tal forma que es fundamental como instrumento para expresar, pero también puede ser lo que limite nuestra capacidad para hacerlo.

Creo importante detectar las palabras que faltan, porque si no las creamos no seremos capaces de expresar las ideas no reflejadas.

Una palabra para mi utilizada para dos cosas muy distintas es la palabra suerte:

- He aprobado con un 10 el examen, ¡¡qué suerte!!!
- Me he encontrado una moneda debajo de una piedra, ¡¡qué suerte!!!

El resultado de un proceso dominado por el azar [al menos aparente] no se debe ni se puede comparar con una situación en la que el resultado es fruto de una influencia voluntaria, que aunque rodeada en muchas ocasiones de algo de azar no se puede despreciar y se le debe rendir tributo.

No es que la palabra tenga dos acepciones y se pueda usar para expresar dos ideas, es que las ideas están mezcladas por utilizar la misma palabra para dos cosas que se deberían separar, de tal forma que no somos capaces de ver la diferencia.

De esta forma yo mantendría el uso de la palabrea suerte para las situaciones en las que el resultado está determinado por influencias voluntarias, y usaría una nueva palabra, por ejemplo sorti [por mantener etimología] para las situaciones en las que solo el azar [insisto, al menos aparente] ha condicionado el resultado final.

martes, 16 de noviembre de 2010

Lucha por la vida

Todos estamos en lista de espera... todos vamos a morir.

Esta verdad no nos gusta, no puede ser de nuestro agrado hablar de nuestro propio fin. Preferimos mirar hacia otro lado, bajar la mirada hacia los "problemas" cotidianos y no enfrentarnos de cara a este gran problema.

No deberíamos permitir que esto siga así. La inmadurez que demostramos como individuos y como sociedades no debería alejarnos de enfrentarnos al mayor de nuestros problemas, al único real, diría yo.

Si está tan claro que tenemos un problema, nuestra fecha de caducidad, si está tan a la vista que es injusto que nos pasemos toda la vida aprendiendo y creándonos para después desaparecer [al menos, bajo mi atea opinión], ¿por qué no luchar con todas nuestras fuerzas contra esto?

Yo creo que debería existir un organismo internacional, financiado generosamente, que se encargara exclusivamente de la lucha por la vida... y no estoy hablando de un grupo de médicos inventando fármacos... estoy hablando de erradicar la muerte.

Puede parecer drástico, de locos o excéntrico... pero en mi opinión lo que es de locos es que no lo estemos intentando ya. Deberíamos unirnos internacionalmente para luchar contra la muerte y vencerla, convirtiéndonos en seres inmortales.

No... no se me ha ido la cabeza [¿o sí?], creo posible el fin de nuestro sistemático e injusto fin. Pero ¿cómo?:

Ahí va mi propuesta, aunque no debería quedarse como única opción. Este organismo, debería contar con un departamento de imaginativos que buscaran nuevas opciones.

Según hemos sido capaces de ver, somos una máquina biológica con una exquisita complicación y un nivel de perfección inconmensurables. Nuestro cuerpo, fruto del largo camino recorrido por la evolución desde el comienzo de la vida, nos permite desarrollarnos como individuos y revelarnos como seres inteligentes. Pero es momento de cambiar. Le debemos todo a nuestro yo biológico, pero debemos mirar hacia adelante. No somos nuestro cuerpo, somos la información contenida en nuestros cerebros y los procesos mentales que la alimentan, manejan, almacenan y procesan. Somos la parte software, no el hardware. Enferma, degenera con la edad y muere nuestro cuerpo, y con él nuestra información, lo que realmente somos, ya que estamos reflejados en él. Aún no tenemos la tecnología y ni de lejos los conocimientos, como para comprender como funcionamos, pero debemos hacerlo. Una vez que sepamos realmente cómo funciona el cerebro, que es la inteligencia, como abstraemos, imaginamos, reaccionamos, construimos conocimientos, etc... todas estas maravillas que ejecutamos con total naturalidad, estaremos en disposición de reflejarnos a nosotros mismos en otro soporte no biológico. Migraremos de nuestro cuerpo biológico a otro informático y robótico, que nos facilite todas las facultades que tenemos actualmente, nos abra multitud de nuevas posibilidades y no tenga el fundamental inconveniente de la muerte.

Nadie dijo que fuera fácil, pero es posible, y por remota que sea la posibilidad ¿no merece la pena?

lunes, 15 de noviembre de 2010

Astronomía diurna a simple vista. Magnitudes estelares.

No sé cómo se haría en la antigüedad, ni como se calibra exactamente ahora, pero esta mañana he pensado en un método para clasificar los brillos de las estrellas y planetas a simple vista. Como dice una buena amiga, no importa las veces que se invente algo...

Lo primero es medir el tiempo que tarda el amanecer. Esperamos, siendo totalmente de noche, a que aparezca el primer síntoma de aumento de luminosidad en el cielo, y miramos la hora. El amanecer irá aclarando y coloreando, hasta volver totalmente azul lo que antes era negro. Justo en el momento en el que nuestro astro rey, el sol, aparezca magnífico, por el horizonte, volveremos a mirar el reloj. De esta forma tendremos el número de minutos que tarda el amanecer.

Al día siguiente, siendo aún de noche, nos fijaremos en la estrella o astro que queremos clasificar. De igual modo, en cuanto aclare lo más mínimo el cielo apuntaremos la hora. El amanecer empezará a hacer desaparecer a nuestra querida estrella o planeta, borrando la oscuridad que hasta ahora nos permitía verla con toda naturalidad. Poco a poco se nos hará más y más difícil seguir localizando el astro a simple vista. Podremos ayudarnos de una guía, un palo o marca que nos facilite su posición. En el momento que nos sea imposible seguir viéndolo tomaremos de nuevo referencia horaria.

Bien, si hacemos un tanto por ciento entre el tiempo que tarda el amanecer en producirse, y el tiempo que tarda nuestra estrella a medir en desaparecer de nuestra vista, tendremos un número de 0 a 100 que marcará la magnitud lumínica del astro:

TA = Número de minutos que tarda el sol en aparecer desde que empieza a amanecer.
TE = Número de minutos que tarda nuestra estrella a medir en desaparecer al amanecer.

Luminosidad = ( TE * 100 ) / TA

Este método no es válido para la luna ni para Venus, ya que son más brillantes que el propio día.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Alimento vivo...

Cuando comemos, como animales heterótrofos que somos, obtenemos el orden necesario para representar nuestra propia realidad a partid del que poseen otros seres vivos.

Para hacerlo los matamos, ingerimos y digerimos, y en este proceso se pierde gran parte de la información que ellos mismos poseen, resultando esta operación poco eficiente si se tiene en cuenta orden asimilado respecto a la cantidad de información inicial.

Este hecho deja una imagen de nosotros mismos como máquinas bioquímicas poco eficientes en su anabolismo y más aún en su catabolismo, auténticos generadores de entropía.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Frikismo

Se podría decir que ser friki es ser distinto a los demás y estar apasionadamente interesado en un tema que no está en los gustos de la mayoría.

Este tipo de conducta, generalmente muy ligada a las propias personas, no como algo consciente y transitorio, sino como un gusto subconsciente e inseparable, está proliferando en nuestras sociedades.

A menudo estas conductas son motivo de burla y se asocian a niñatos que duermen con la máscara de Lord Vader, pero lejos de esta visión, el frikismo representa la lucha contra lo igual. La rutina y la monotonía en las mentes de la mayoría pueden acabar con los cambios, y cambiar es la única forma de mejorar.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Microastronomía

Cuando se observa una imagen de Saturno, majestuoso espectáculo, con sus anillos perfectamente colocados, lo que estamos viendo en realidad es el resultado de aplicar las leyes físicas.

Todo lo que vemos astronómicamente tiene origen en lo más pequeño, en las leyes cuánticas que rigen las relaciones entre partículas subatómicas.

Toda una galaxia, en su infinita complejidad y su magnífico tamaño, es en realidad el complicado resultado de las leyes que controlan los componentes más pequeños de la naturaleza.

Además de esto, podemos añadimos que según la teoría inflacionaria en una ínfima fracción de segundo el universo alcanzó un tamaña inconmensurable, de esta forma el universo es una ampliación del mundo cuántico.